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Empresas WCM

La fuerte competitividad y los cambios acelerados en el sector industrial, demandan perfiles directivos muy exigentes y bien orientados.

El sector industrial es el más competitivo y en el que se hallan los profesionales mejor preparados. Bajo el liderazgo del sector de la automoción se está adoptando un tipo de industrias con la denominación de Lean Manufacturing.

El sector industrial es históricamente el más competitivo y en el que se hallan los profesionales más bien preparados. Además, desde finales del siglo pasado y empujado desde la automoción, está avanzando vertiginosamente, especialmente, desde que se conoció el modelo de gestión que desarrolló Toyota. Éste, ha supuesto un salto adelante gigantesco en todos los aspectos, y bajo el liderazgo del sector de la automoción se está adoptando de una forma generalizada en todo tipo de industrias —y también en servicios y administración— con la denominación de Lean Manufacturing.

Además, Toyota actúa con una nueva estrategia, basada en mejorar continuamente y replantearse los procesos teniendo en cuenta que las circunstancias cambian y, con el tiempo, los mismos problemas exigen soluciones distintas. Esto supone un cambio radical en relación con lo que sucede con el modelo de gestión tradicional —heredero del que creó General Motors el siglo pasado— para el cual parece que no pasa el tiempo.

Así pues, en lo que llevamos de siglo, especialmente en la década que estamos concluyendo, las empresas del sector industrial han ido adoptando estas nuevas metodologías y sus herramientas, empujadas por la globalización y la fuerte competitividad en el ámbito en el que han de operar.

Hoy, la empresa industrial ha aprendido que ya no es competitivo obtener una elevada producción operando a gran escala para tratar de reducir costes, pero a costa de aumentar enormemente los niveles de stock y de tiempo de proceso: la operativa a pequeña escala, una vez resueltos los problemas que acarreaba, ha ganado la partida en los tres aspectos (coste, stock y tiempo). Ha aprendido también, que se puede alcanzar una calidad interna muy elevada —de pocos fallos por millón— y, con ello, que no necesita dedicar esfuerzos —y, por tanto, costes— para lograr una elevada calidad de servicio. Ha aprendido también que controlando todos los aspectos que pueden mermar el rendimiento de los equipos de producción, mediante el Mantenimiento Productivo Total (TPM), se mejora la productividad y se aprovecha al máximo el tiempo disponible para producir. Y, por supuesto, ha aprendido que los problemas han de resolverse bien, hasta eliminar su causa raíz, y asumir que siempre se puede mejorar aún más y, esto, de forma continua, no esporádica.

Otra característica de la operativa industrial actual es la creciente conexión que hay entre los distintos aspectos que conforman dicha operativa y sus correspondientes disciplinas (ingeniería de producto, ingeniería de procesos, diseño e implantación de procesos de producción industrial y sus métodos, gestión de la calidad, gestión del mantenimiento, logística, etc.). Todos ellos han de responder de forma óptima y coordinada si se pretende que la producción industrial sea realmente eficiente y competitiva; todos ellos, además, han ido avanzando de forma espectacular en los últimos tiempos y siguen evolucionando fuertemente.

De hecho, se ha acuñado el concepto de empresas World Class Manufacturing para aquellas que operan con las metodologías y herramientas más avanzadas en todos los aspectos a los que acabamos de referirnos. El cuadro que sigue es un resumen de las metodologías y sus objetivos, que definen una empresa «World Class».

Cero defectos, cero stocks, cero tiempos perdidos, cero actividades que no necesita el producto (desperdicios), cero averías… Y, todo ello, acompañado de la máxima productividad y el mínimo coste global.

Y ¡estas empresas existen!

La ingeniería concurrente, también incluida en el cuadro anterior, viene a completar el conjunto de técnicas que permiten una eficiencia tan elevada, ya que supone, no solo la coordinación necesaria entre la ingeniería de producto y la de procesos, sino la operativa simultánea de ambas, en lugar de la secuencial que se basa en no iniciar el desarrollo de procesos hasta haber concluido el diseño y desarrollo de los productos (como hace la ingeniería tradicional). La ingeniería concurrente comporta pues, sinergias que generan reducciones de coste y, además, una gran disminución del tiempo de desarrollo, derivado de la simultaneidad.

Sin embargo, el nivel de exigencia derivado de la enorme eficiencia con la que puede operarse para asegurar la competitividad en el mundo industrial de hoy exige, a su vez, un nivel muy elevado de habilidades directivas y capacitación, por parte de los responsables de implementar y gestionar adecuadamente las metodologías y herramientas tan eficientes de que dispone actualmente. Al mismo tiempo, es necesaria para estos directivos, una puesta al día constante de las mismas, dada su rápida evolución, a la que estamos asistiendo. Todo ello, además, a nivel de todos y cada uno de los aspectos a tener en cuenta y para los que se han desarrollado las correspondientes herramientas (procesos, producción, calidad, mantenimiento, logística, etc.).

Para cubrir todo ello, la Universidad Politécnica de Cataluña, creó y sigue impartiendo un programa profesional de postgrado centrado exactamente en esta necesidad de formación y capacitación: el denominado Organización e Ingeniería de la Producción y Dirección de Plantas Industriales (en acrónimo, Engiplant). Y no solamente en lo referente a todas las metodologías y herramientas más avanzadas que hemos expuesto, sino también en lo relativo a la formación como directivo, incluyendo cuanto se refiere a las habilidades directivas, al análisis de las propias de cada alumno asistente al programa y a reforzar el perfil directivo de cada uno.

El programa, finalmente, incluye una formación básica en aspectos complementarios, como son los de costes, presupuestos e inversiones, los relativos al desarrollo de proyectos industriales, los derivados de la internacionalización de las operaciones industriales y otros.

Y para completarlo, incluye un proyecto final que demuestra que, quien ha cursado el programa, tiene las competencias necesarias para dirigir plantas industriales al más alto nivel.