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Internacionalización de la mano de multinacionales

Me gustaría compartir desde este blog una reflexión sobre una forma novedosa de introducir a una pyme en nuevos mercados, en nuevos países: hacerlo de la mano de una empresa ya implantada allí.Hace ya unos meses conocimos la experiencia de un conjunto de multinacionales francesas que crearon una asociación para apoyar a pymes de Francia en su proceso de internacionalización. 

El servicio consiste en “alojar” a estas pymes en las instalaciones que la empresa multinacional posee en el mercado de destino y en las que, con suma frecuencia, dispone de espacios libres. Así, esta multinacional ejerce de “embajadora” de la pyme en ese nuevo mercado y puede apoyar a esta pyme en sus primeros pasos en un país desconocido. Desde servicios de captación de recursos humanos, búsqueda de proveedores o ayuda en la comercialización, hasta apoyo en temas de carácter más personal, necesarios para los trabajadores en su adaptación a un nuevo entorno (vivienda, educación, o negociación de condiciones laborales, entre otras).A cambio, la multinacional recibe un mejor servicio de esta pyme si dicha empresa es su proveedora o incluso dispone de bonificaciones fiscales en el país de origen a cambio de este servicio de interés general.¿Sería viable un servicio similar en Navarra? ¿Podrían las multinacionales implantadas en Navarra prestar un servicio semejante a pymes navarras en Japón, en Australia o en Brasil?

Ésta es la idea sobre la que estamos trabajando y como decía, la que me gustaría compartir desde estas líneas. Hasta la fecha, desde la Cámara hemos apoyado la internacionalización de pymes a partir de la internacionalización de una empresa de mayor tamaño, por ejemplo en el sector de energía eólica, así como experiencias de cooperación a partir de consorcios de exportación, pero en este caso hablaríamos de apoyo en la propia implantación en el destino; de ejercer de “vivero de empresas” o de “centro de negocios” en el destino.Lógicamente, los obstáculos para llevar a cabo este proyecto no son pocos. Involucrar a la empresa multinacional es, con suma probabilidad, el más complejo de ellos.

Es cierto que también sería igualmente interesante la participación de empresas implantadas en el destino con independencia de su carácter multinacional, pero, en todo caso, conseguir la participación de la empresa “alojadora” puede ser el reto fundamental para llevar a cabo este proyecto.

Por otro lado, la pyme debe asegurarse su subsistencia en el destino con independencia de la empresa que la aloja, diversificar sus ventas y conseguir la efectiva implantación en el destino a partir de este apoyo inicial. Asimismo, debe estar dispuesta a realizar el esfuerzo necesario para implantarse en un nuevo país de destino, y lo más importante, disponer de un producto o servicio competitivo que pueda triunfar en ese nuevo mercado.

Y es que, una vez más, observamos cómo la internacionalización de la empresa es un buen test de competitividad.Con independencia de estos y otros obstáculos, la pregunta es si merece la pena intentarlo y afrontar estos retos para tratar de conseguir una nueva vía de internacionalización para nuestras empresas. ¿Cómo lo véis?